lunes, 21 de septiembre de 2015

Mis alas y mi viento.

Muchas veces se me han partido las alas, otras veces me las han partido. He tratado de volar mil veces y me he estampado mil y una. En los vuelos hay turbulencias pero nunca dejé de aletear hasta llegar a mi destino, con el cuerpo y el alma cansados pero satisfecho.

En ocasiones me siento como en una jaula, y para salir solo tengo que tener tres cosas: Mi cuaderno a modo de llave de esta jaula, mi bolígrafo haciendo de alas y la tinta siendo el viento que las mueve.

Ayer te vi.

Ayer te vi, no en mis sueños ni en persona. Te vi en mi futuro, uno juntos donde no teníamos una mansión, pero si un hogar. No teníamos una limusina pero teníamos nuestro coche, no te llenaba de joyas pero te llenaba de besos y caricias. No te solía llevar a cenar a sitios caros porque me decías que con unas alitas de pollo y mi compañía era más que suficiente. Me pedías un abrazo, yo te abrazaba.
Me pedías un beso y te besaba, me pedías tu espacio y yo te lo daba y aunque no todo fuera de color de rosa nos seguíamos queriendo.
Ayer te vi, no en mis sueños ni en persona. Te vi en mi futuro.

Sonreír.

Sonreír es un arte, sonreír es entre todas las formas de arte una de las más bellas, hay muchas personas pero pocos artistas, artistas que de verdad saben explotar sus obras. Benditos sean los que enseñan su don al mundo y contagian  de efímera felicidad a todos los que les rodean.
Sonreid, que nunca se sabe cuando será la última vez.