jueves, 13 de marzo de 2014

Felicidades, Celia.

Bueno, llego un poco tarde pero bueno, este texto va dirigido a una persona en particular así que a partir de aquí puedes dejar de leer si lo ves necesario.



Bien, todo empezó un 28 de Mayo en una playa de Málaga a la que fui en contra de mi voluntad porque odio la playa, era un día nublado, pero hacía el típico calor malagueño que tanto me gusta, éramos muchos, yo estaba absorto, ensimismado con Paramore sonando en mis oidos, estaba relajado mientras los otros socializaban y jugaban al fútbol entre la arena o simplemente se zambullían en el frío mar. La arena se me metía entre los dedos y me cambié de sitio, me giro rápidamente y a unos 50 metros empiezo a divisar a varias personas en su mayoría chicas (se agradece el detalle) que vienen directo hacia nosotros.
Me quito mis gafas de sol, la gorra se me escapa y corro hacia ella, cuando vuelvo, esas mismas personas se sientan junto a nosotros y se saludan entre ellos, yo no conocía a nadie de las que venían pero sin previo aviso se me acerca una chica de largo pelo negro y rizado con rostro sonriente y es la protagonista de este texto. Recuerdo que sonreí al momento en que me saludo porque yo soy bastante tímido y me cuesta empezar conversaciones con alguien que no conozco. Yo saludé débilmente y empezamos a hablar, luego entre amigos míos y amigos suyos empezamos a hacer el tonto (cosa que me encanta). Al cabo de un rato yo tomé la iniciativa y comencé a hablarle, cosa rara en mi. Todo el grupo comenzó a avanzar y caminamos hasta un gran Burger King me senté en un banco y varias personas incluida ella se sentaron en la misma mesa, comenzamos a hablar bastante y da la casualidad de que teníamos varias cosas en común. Por eso entre todas las personas destacables que conocí en el proyecto ARCE está Celia, claramente. Fue una semana breve pero me encantó, fue suficiente para darme cuenta lo maravillosa persona que era y a día de hoy echo de menos como me estiraba los mofletes. Eso es una de las cosas que más echo de menos, aunque a veces me hicieras daño. Aunque he de discrepar en que no soy nada "cuqui" como tú dices. No sé como lo verás, al cabo de unos meses volví a Málaga y la verdad esa noche en la feria no esperaba que me vieras sin yo verte primero y tampoco me esperaba que tú y Sofi me saltaráis encima cual violadoras y gritándome en la oreja pero bueno, a pesar de eso la verdad es que lo volvería a repetir. Espero que esa no fuera la última vez que nos veamos, como no tengo dinero y estás muy lejos pues escribo algo para que sepas que no me he olvidado para nada de ti. Venga, acabo ya. Muchas felicidades y espero que mi caja aún esté en buen estado. Te quiero mucho.

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