sábado, 4 de enero de 2014

Los elegidos por los Dioses. 24.

No olvidaré este momento en toda mi vida. Quiero a Kath pero Lea tiene algo que me atrae, y lo peor es que no sé lo que es. Las palabras que le he dicho a Kath las siento de verdad. O eso quiero creer. Pero a lo mejor ella ahora no siente lo mismo por mi . Pero aprovecharse de la amnesia de ella es muy rastrero. Tengo tiempo para pensar, me dirijo al campo de entrenamiento. Cuando llego la clase está apunto de empezar. Me coloco entre Vin y Lea, vaya. Mario nos dice que nos toca entrenamientos por parejas. Estoy buscando a alguien pero sin aviso Lea me coje del brazo fuertemente y me tira hacia ella. No sé porque pero estoy muy nervioso. Joder, esta chica me pone nervioso.
-Vamos, acércate. Que no muerdo, a menos de que la situación lo requiera.--Dice ella.

Me acerco con cautela y la miro de arriba abajo, intento no parecer nervioso y la verdad es que es muy guapa.
-Alumnos, esta sala es muy grande.--Dice Mario.--Así que os repartiréis por toda la sala y pelearéis el uno contra el otro.

Recuerdo este ejercicio, fue el primer contacto físico que tuve con Kath, una ola de recuerdos me viene a la cabeza y hace distraerme. Ya es mala suerte que tenga que pelear contra Lea, no sé si podré darle algún golpe. Estoy mareado.

-Vamos Eick, demuéstrame de lo que eres capaz.
-Vamos.--Digo en tono amenazador.

Ella toma la iniciativa, me lanza una patada directa a la cara, parece ser muy flexible y me distraigo un momento. (Porque será). Pero la esquivo, me agacho y barro su pierna con un ágil movimiento que la hace caerse de bruces. Una sensación de superioridad me invade el cuerpo. Pero la alegría dura muy poco sin darme cuenta se levanta y me pega un puñetazo en la mejilla que hace que me retuerza de dolor y vea todo oscuro durante unos segundos. Siento su peso encima de mi y me pega puñetazos mientras estoy en el suelo. Pero a duras penas consigo cogerla por las muñecas, le pongo la planta de mi pie en su vientre y la tiro por los aires, noto que los demás alumnos nos miran. Incluido Mario. Lea me mira con furia y se lanza hacia mi, siento su rodilla impactar con mi estómago me deja sin aire pero reacciono rápido y me coloco rápidamente detrás suya; la cojo por el cuello y la tiro al suelo con todas mis fuerzas.

-Ya está bien, ya ha terminado el entrenamiento por hoy.--Corta Mario.-- Iros ya, todos.

Nos vamos y toda la  adrenalina se desvanece y el cansancio me invade. Me voy al bosque para relajarme un poco. Al cabo de un rato oigo unos pasos, me giro rápidamente y es Lea, con vendas en los brazos y moratones en la cara.
-Campbell.--Dice.--Mira como me has dejado.
-Lo siento.--Añado fríamente.
-No nos engañemos, no lo sientes pero me da igual. Eres un chico con carácter y que por lo visto sabe defenderse.--Se acerca a mi hasta que solo unos pocos centímetros separan nuestras caras.-- ¿Y sabes qué? Eso es lo que más me gusta de ti. Si, Eick. Que te quede claro, me gustas. Pero estás con Kath, no tengo posibilidades. O bueno, ahora tiene amnesia. ¿Verdad? Ya veremos lo que pasa.

Y me besa apasionadamente y  se va dejándome en medio del beso. Me hace tener dudas, y lo peor es que el beso me ha gustado.

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