jueves, 28 de noviembre de 2013

Los elegidos por los Dioses. 4.

Día 2.
Nos levantamos como podemos, son las 6:30 de la mañana y aún no ha amanecido. Papá nos dijo que nos esperaría en la cúpula y que si no estábamos antes de las 7:45 sufriríamos las consecuencias.
Y cuando Papá lo dice lo dice muy en serio.
Me meto en la ducha y el agua me congela el cuerpo, esta HELADA. Intento ahogar un grito pero no puedo y pego un grito que seguramente habrá despertado hasta a los vecinos.

Oigo pasos acercándose alarmantemente rápido. Me dispongo  coger la toalla pero está demasiado lejos y me resbalo. Por un instante pensé en que iba a abrirme la cabeza contra el suelo pero me agarro de la cortina con todas mis fuerzas y logro mantener el equilibrio a duras penas.
-¡Dios, Eick! ¿Estás bien? --Exclama Soran, alarmada.
- Si, si. Ahora, por favor pásame la toalla.--Digo entre jadeos mientras me tapo como puedo.
-Toma, y tápate ya por favor.
-¡Sal ya!

Soran se va entre carcajadas y  15 minutos después  vamos a toda prisa en dirección a la cúpula.
Cuando llegamos vemos a papá con una bata blanca.

-Bien, día 2. Entrenamiento Metk. Coged una bata y  acompañadme.--Dice Papá en tono tranquilo--. Va, que no tenemos todo el día.
-En realidad si.--Contesto.

Cogemos las batas y nos sentamos en una especie de aula de colegio. Con sus sillas y su pizarra. Papá nos empieza a explicar una serie de formulas muy extrañas y complejas que no llego a entender del todo. Soran no para de apuntar cosas y yo aún no he cogido el lápiz.

-Eick. ¿Qué pasa? ¿Vas sobrado o qué? Te recuerdo que debes prepararte para las pruebas o si no sufrirás las consecuencias.--Dice Papá.
-¿Qué consecuencias?-Pregunto.
-Bueno, sigamos con la química...


Sigo pensando en que consecuencias serian pero no le doy más vueltas y empiezo a atender. Al fin y al cabo no se me da tan mal como pensaba. Llevamos unas 3 horas haciendo ejercicios y problemas bastante complicados. Soran solo habla para preguntar cosas y yo no paro de pensar tonterías del estilo de como chuparme el codo o cosas así. Al cabo de otras tres horas hemos terminado.

-Bien hijos. Entrenamiento finalizado. Mañana entrenamiento Trem.

Son las 18:00 de la tarde así que tenemos el resto de la tarde libre. Decido verme con Beck, mi mejor amigo y Pat mi mejor amiga.
He quedado con ellos a las 19:00 así que me dará tiempo a quitarme el olor a químicos y a sustancias extrañas del cuerpo. Me ducho y decido vestir todo de negro. Llevo un gorro, una camiseta oscura con un cráneo con alas, y unos pantalones marrones. Me miro al espejo y la verdad es que no me queda tan mal.
Llego a la plaza y ahí me está esperando. Puntual como siempre Pat está ahí.

- ¡Eh, Eick aquí! --Grita Pat desde lejos.
-Hola.--Digo alegremente.

Pat es una chica muy bajita y delgada aparenta bastante menos edad que la que tiene. Al sol su pelo es mas rubio aún y sus ojos son de un castaño claro todo lo contrario a mi. Al igual que yo viste todo de negro y parece que nos hayamos puesto de acuerdo.

-No hacía falta que gritaras. Ya te había visto...Aunque sea difícil.--Bromeo.
-¿Te crees muy gracioso?--Dice entre una tímida risa.--Porque no tiene gracia.
-Si la tiene. ¿O no lo has pillado porque eres rubia?

Me mira y después me da la espalda fingiendo estar enfadada. A los pocos segundos llega Beck, como siempre ruidoso e hiperactivo. Desde que lo conozco es así, no se para ni un segundo. Pero a la vez es demasiado vago para determinadas cosas. De lejos cuesta reconocerle pero ya cuando está a dos o tres metros me fijo por primera vez que es ligeramente más alto que yo. Una piel aceitunada y bastante delgado.

-Ey, que pasa. ¿Cómo estáis?--Pregunta enérgicamente.
-Bien, estamos bien. Por cierto. ¿A dónde vamos?--Pregunto.
-Buena pregunta. Vamos a la fábrica abandonada de las afueras de la ciudad.
-¿Y por qué deberíamos ir?
-Dicen que hay un fantasma ahí y que se puede ver.--Añade Pat.
-Entonces, ¿Vamos?--Pregunta
-A mi no me gusta la idea.--Digo con nerviosismo.--Los fantasmas no son algo que me agrade mucho.
-¿Qué pasa? ¿Te da miedo?--Dice Beck en tono burlón.--Vamos.
-Vale va. Pero antes de las nueve salimos de ahí.--Dice Pat.
-No me digas que a ti también te dan miedo.
-Pues no.
-Vale, vámonos.

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