viernes, 29 de noviembre de 2013

Los elegidos por los Dioses. 5.

Falta poco para llegar a la fábrica. Ya se ve a lo lejos de la calle una gran masa de hormigón y vigas de metal.
-Tengo ganas de ver al fantasma.--Dice Beck excitado.--Debe ser alucinante.
-Cállate ya. Como sigas hablando del fantasma ese te vas a convertir en uno.--Dice Pat en tono cortante.

Ya hemos llegado. Está bastante tranquilo. Más tranquilo de lo normal...Es muy sospechoso. Inspeccionamos el sitio silenciosamente. Pero no encontramos ni rastro del fantasma.

-¿Por qué te habré hecho caso?--Grito.--No vale la pena buscar más.
-Shhhh. ¿Habéis oido eso?--Dice Beck con la voz temblorosa.--Seguro que lo habéis escuchado. No estoy loco.
-Lo que eres es tonto.--Dice Pat-- No intentes asustarnos. No va a...

De repente Beck tira de ella con fuerza y se enconden tras una gran mesa entre los escombros. Yo hago lo mismo.

-Shh...Escuchad. Son pasos.--Susurra Beck.--Los oigo.

Veo dos siluetas y me sube el pulso de golpe, empiezo a sudar y creo que es el fantasma. No puedo creerlo. Es imposible, pero no me equivoco. No es un fantasma, es un hombre vestido con una túnica azul. Parece de los Trem. Y lleva un maletín bastante grande, al cabo de unos minutos llega una mujer vestida de verde.

-Eh, no son fantasmas. Son dos personas, una Klex y un Trem.--Susurro débilmente.
-Es verdad. ¿Qué hacen aquí?--Dice Pat.
-Eso lo averiguaremos ahora mismo.

Parecen estar bastante tensos tanto el Trem como la ecologista. 

-Por fin llegas. Sabes lo puntuales que somos los sacerdotes.--Dice el señor.
-Tampoco he tardado mucho, no te sulfures viejo.

El rostro del viejo se contrae en una mueca de odio.

-Tu tranquilidad me abruma, de verdad.--Dice el Trem.
-Tu cara me asusta.--Exclama la chica Klex.
- Vuélveme a faltar al respeto o tu familia sufrirá las consecuencias.--Dice el Trem con odio.
-No les metas en esto, "sacerdote". No sabía que un cura como tú podría ser tan corrupto.
-No soy corrupto, tan solo hago las cosas que los Dioses mandan.
-Blasfemo, en un futuro lo pagarás.
-Niña, me vuelves a amenazar y tu hermana no volverá a ser la misma nunca. 
-Te odio, César Miles. Te odio con toda mi alma.
-Lo sé, pero eso no cambiará nada. Hellen Lanks. Por eso chantajeo a tu padre. Ya que es el jefe de rama de los Klex aprovecho la situación. Niña, comunícale lo siguiente: Debido a los escándalos que hay sobre nosotros dile que calme a la gente ya que es un Klex y los Klex no son propensos a mentir. 
-Pero su salud...
-Su salud me importa un rábano. Lo que quiero es que esos rumores de que nos quedamos con el dinero público para nuestro beneficio y que somos la rama más corrupta pare de una vez por todas. Sobretodo que ponga especial énfasis en calmar la supuesta "trama de secuestros" que tenemos los Trem. Que diga que no tenemos secuestrado a nadie. Y vete ya. Tu presencia me pone nervioso.
-César Miles eres un monstruo. No sé como duermes por las noches.
-Pues contando los fajos de billetes que tengo, así duermo. Ah toma, unas fotos de tu preciosa hermana.


La chica Klex se va corriendo entre sollozos. Y nosotros nos vamos sigilosamente por la otra parte de la fábrica. Acabamos de ver un acto tan vil y tan ruín. Un Trem, un mensajero de los Dioses está estorsionando a la familia del mismísimo jefe de rama de los Klex. Parece inpensable. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario