Ha pasado una semana y ha sido muy tranquila en esta ciudad subterránea, estoy seguro. Lejos de mi familia pero estoy a salvo. La verdad es que esta ciudad tiene infinidad de cosas, hay desde salones recreativos, centros comerciales hasta huertos. Todo esto por el sol artificial, sigo sin saber como han hecho eso. Y me interesa todo lo de este lugar, siento algo...Curiosidad.
Estoy en el comedor con Kath, Matt y los hermanos Kesh. Tay y Jeremy.
-Eh tú, dame mi magdalena.--Dice Tay.
-Que no es tuya, quítame las zarpas de encima o te reviento. Tú eliges.--Dice Jeremy.
-Vamos al ring, nenaza.
-Eh, eh. Haya paz. Aquí nadie va a ir a ningún lado. La magdalena es mia.--Dice Matt y se la come rápidamente.
Tay y Jeremy se van y nos quedamos Matt,Kath y yo.
-Bueno Eick, ¿Qué te parece la ciudad?--Pregunta Kath.
-Es fascinante. Como han construido estos edificios, y ese sol artificial me tiene intrigado.
-Y lo que te queda por descubrir.--Añade Matt con una sonrisa.--Bueno, es hora de que me vaya. Tengo entrenamiento, y luego me pasaré por los mestizos. Hasta luego.
-¿Qué son los mestizos?--Pregunto.
-Es un conjunto de todas las ramas. Está en las afueras. Es el edificio más grande de la ciudad. Eick, vamos a dar una vuelta. Que aún nos queda una hora para ir a entrenar.
-Me parece bien.
Pasamos mucho tiempo juntos y es agradable, me relaja. Nos sentamos en un banco de un parque viendo a los niños jugar en la arena.
-Eick, ¿Echas de menos a tu familia?
-Si la verdad, y a mis amigos también. Eran toda mi vida.
-Te entiendo tan bien...
-¿Tú también dejaste gente atrás?
-Si, he dejado gente por mis principios, porque he de luchar para acabar con esas ratas que dominan Shelem...He de acabar con él.
-¿Él?
-Oh..Nada, tranquilo.
Puso mucho énfasis al pronunciar "Él". Es extraño.
-Kath, ¿desde que llegaste aquí has salido al exterior?
-No, y tampoco me hace falta. Solo sufriría porque eso avivaría el recuerdo de esos seres queridos que dejé atrás. Vamos, llegaremos tarde.
Y nos dirigimos hacia la base Kai a la sección de los mensajeros. Cuando llegamos toda la clase nos está esperando y Mario Lain nos lanza una mirada asesina.
-Bien, estamos todos. este primer día tocaremos la defensa personal. Los mensajeros son un conjunto de todos los tipos de Kai que hay en Klac-Balash. Reune espionaje, defensa personal y también incluye rastrear. Poneos por parejas y os repartís por toda la sala y empezaréis a pelear. Sin miramientos, el enemigo no dudará en acabar con vosotros.
Este hombre es extremadamente alto, completamente calvo y tiene unos ojos verdes que llaman mucho la atención. Es muy musculoso y parece muy veterano. Podría haber sido un black skull sin ningún problema.
Comenzamos a pelear y Kath sin previo aviso manda una patada directa al mentón pero esquivo a tiempo me pongo detrás suya y hago un barrido con la pierna que hace que se caiga de bruces contra la lona.
Me mira con una mezcla de rabia y diversión, no se lo esperaba. Pero esta vez no tengo tanta suerte, su puñetazo impacta contra mi ojo y el mundo se tambalea. Una rabia me invade por dentro, algo que no había sentido jamás. Siento como se me tensan los músculos y me palpitan las sienes, la ira me ciega. Grito y voy directo hacia ella, mi vista se nubla pero sé que está ahí. Solo pienso en destrozar cosas, lo que sea, así sea humano. Primero un gancho a la mandíbula, luego un puñetazo en el estómago que la deja sin aire, una patada en el costado que hace que se le quiebre la voz y finalmente un puñetazo en el pecho que la lanza varios metros lejos de mi, no sé como lo he hecho, yo no tengo tanta fuerza. Me tiemblan las piernas y el mundo gira. No sé que acaba de pasar hasta que veo a Kath inconsciente. Mario va a revisarla y me dice que solo está inconsciente, se la llevan a enfermería y yo voy con ella.
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